En un pueblo, el sacerdote anuncio a los miembros de la congregación que, atendiendo la petición de la mayoría de personas, el domingo siguiente habría un servicio especial con el fin de rezar para que se terminara la grave sequía que azotaba a la región hacia bastante tiempo.
Todos acogieron la noticia con regocijo porque todos estaban muy afectados por la situación.
Todos acudieron muy puntuales al servicio y cuando la oración estaba a punto de comenzar, el sacerdote paseó la mirada por la concurrencia. Unos segundos después comentó: “Observo que nadie aquí cree que va a llover”.
Los asistentes se miraban extrañados por las palabras que acababan de escuchar.
El sacerdote prosiguió: “Estamos aquí reunidos con el propósito de rezar para que llueva, ¿verdad?”
Todos los asistentes respondieron al unísono: “¡Siiii!”
El cura les respondió: “¿Creéis que vamos a conseguir que llueva?”
De nuevo, los asistentes respondieron, esta vez más alto: “¡Siiii!”
“Si es así, ¿cómo ninguna persona ha traído un paraguas?”
Te comparto tres formas que pueden ayudarte a desarrollar confianza:
1ª Confianza en la vida
Vive la vida como si fuera todo fuera a tu favor. Pensar que todo aquello que te acontece sucede para ayudarte a llegar a la etapa siguiente de tu evolución y tu crecimiento.
2ª Confianza en las personas
Si la humanidad fuera un océano y unas pocas gotas del océano estuviesen sucias, ¿dirías que el océano está sucio?
3ª Confianza en que todo está por inventar
¿Tienes el valor de ir más allá de lo que, en general, parece razonable?