A Raúl, le habían ascendido a primer oficial hacia un año. Prácticamente, llevaba embarcado desde el día que le ascendieron.
A partir del segundo mes en el nuevo barco, el capitán había delegado la casi totalidad del mando en Raúl. Al principio, Raúl estaba encantado con la situación y sentía como crecía aprendiendo día a día. En algunos momentos de reflexión tenía ciertos momentos de duda acerca de si era correcto que el capitán delegara “todas las tareas” sobre él y, éste, casi no “hiciera nada”.
Un día, el barco tuvo que atravesar una tempestad. En un principio, Raúl creyó que podría controlar la situación. Después de unos instantes, fue consciente que había perdido el control del barco por completo. En ese momento, apareció el capitán. Tomando el timón de la situación. Dando instrucciones rápidas, claras y precisas a la tripulación. Un par de horas más tarde la situación estaba perfectamente controlada.
Raúl fue consciente el resto de su vida de aquella lección sobre el liderazgo. En los momentos de crisis los verdaderos líderes resplandecen y hacen que aflore lo mejor del equipo.
Te comparto algunas reflexiones complementarias al relato:
Los 4 niveles de madurez de un equipo según el modelo de Hersey-Blanchard son:
Durante una crisis el líder ha de ser consciente que cada persona del equipo baja un escalón su nivel de madurez y actuar en consecuencia.
Las personas nos quedamos noqueadas porque durante una crisis todo ha cambiado. El líder ha de dar un paso al frente y tomar directamente el control de la situación.
Todo líder que se precie ha de realizar el trabajo que conlleva conocer de la forma más completa posible al equipo lo antes posible.
Además, ha de hacerse entender y verificar que todas las personas del equipo han comprendido tanto aquello que han de acometer como lo que se espera de ellas.
¿Piensas que cuándo acabe la crisis todos los miembros del equipo habrán crecido? ¿Cuáles son tus reflexiones al respecto? ¿Añadirías más aspectos necesarios para liderar en durante una crisis?