Dos amigos habían quedado en realizar una ascensión al día siguiente. Eran unos 20 kilómetros de caminata y la ruta se suele realizar en unas nueve horas. Para ello comentaron que a las 6 AM de la mañana se comunicaban para estar en marcha sobre las 6:30 AM. Finalmente, se pusieron en marcha después de bastantes mensajes a las 8:15 AM.
Sobre las 10 decidieron hacer un descanso para tomar un bocadillo. Después de una hora, siguieron ascendiendo. A las 12:30 hacía un calor agobiante y aun les quedaban unas tres horas para llegar a la cima. Llegaron a la cima pasadas las 15:30. Aprovecharon para descansar y tomar algo.
Después de media hora en la cima, empezaron a descender, cansados y golpeados por un sol sofocante. Sobre las 8 PM, llegaron extenuados con la promesa de no volver a ascender en mucho tiempo.
Los tres grandes errores que podemos cometer a la hora de cumplir nuestros objetivos diarios son:
1. Dar vueltas y vueltas hasta ponerte con ellos.
2. Empezar demasiado tarde
3. Hacer una parada antes de la primera mitad.
¿Qué podemos hacer? Hay múltiples posibilidades. Te propongo algunas que aplico.
1. Dejar preparado o pactado todo lo posible el día anterior para evitar no ponerte a la acción nada más empezar el día.
2. Empezar lo más temprano posible. Para ello, me he disciplinado en dormir al menos siete horas y respetar mis horas de sueño.
3. Hacer el descanso principal cuando hayamos llegado a la mitad de las tareas o cuando lo hayamos sobrepasado. Si realizas la parada habiendo realizado menos de un 40% de los trabajos, el día se te hará interminable y es bastante probable que postergues la finalización del trabajo para el día siguiente.
¿Qué piensas que es más importante replantearte el cómo o el cuánto trabajar?
¿Cómo te replantearías tu día a día?